MAESTROS DE PROFESION
Escrito por: Valentín Parada
Hoy veo una sociedad polarizada entre quienes están a favor de un movimiento magisterial y quienes están en contra, por razones muy diversas; y precisamente el día de ayer conversaba con amigos sobre la situación que estamos viviendo, y en especial con los maestros de los Estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero Michoacán y otros, refiriéndonos a los de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que también es importante decir “ni están todos los que son ni son todos los que están” y creo que han sido muchos los factores desde la perspectiva de ciudadano los que han generado el conflicto que hoy vivimos; de esos factores destaca la falta de oportunidad y en eso la gran mayoría estará de acuerdo, pero esa “falta de oportunidad” si la planteamos de forma pragmática deja en desventaja cualquier argumento contrario….por lo cual me vi en la necesidad de hacer historia.
En 1981 mis papas me inscribieron en la Escuela Cleofás Martínez Vargas, una escuela estatal afiliada a la sección 22 en Puerto Madero (no faltaron las huelgas, desde entonces) y donde la gran mayoría de los alumnos o eran hijos de pescadores o hijos de agricultores de los ejidos que existían en las cercanías de Puerto Chiapas, Puerto de San Benito o Puerto Madero en ese entonces.
Lo sorprendente al estar ahí, era convivir con niños que los padres enviaban a la escuela con “un desayuno” de Pan con café, es la costumbre de dicha localidad, cuestionable, pero así sucede. Por supuesto el desempeño, mezclado con la falta de alimento y un calor impresionante no eran las condiciones idóneas para tener el mejor desempeño como estudiante, lo curioso es que esa primaria destacaba en niveles de aprovechamiento a nivel estatal.
De esos niños destacables sobresalía uno en especial de mi salón, Didier hijo de campesinos… que llegaban caminando a la escuela después de recorrer 10 km, asistían a clases y posterior mente regresaban a ayudar a su familia en el campo.
En una de las reuniones de padres de familia el papa de Didier llego acompañado de otros campesinos igualmente padres de familia, sus ropajes desgastados, huaraches y sombrero de paja, daban muestra que eran gente de campo, de trabajo, de quien araba la tierra y luchaba día a día por que sus hijos se superaran.
Hoy en día tengo conocimiento que Didier es ingeniero y que la “falta de oportunidad” no fue un factor para no salir adelante… pero también sé que el 50% o más de mis compañeros solo terminaron la primaria, por diversas circunstancias.
En mi preparación como estudiante termine la primaria, posteriormente la secundaria y después la prepa y en el contexto social algunos conocidos decidieron incursionar por el magisterio, y a partir de aquí surge la pregunta
¿Porque ser maestro de primaria?
Y estos eran los planteamientos de 1990
El ser maestro daba la posibilidad de tener un ingreso económico solo terminando la secundaria o la prepa, sin un proyecto de capacitación pedagógica para instruir a alumnos de primaria. Pero esto no importaba.
Generó que gran parte de la sociedad y es importante recalcar “gran parte”, viera en esta “oportunidad” de un trabajo seguro, casi no importando el lugar a donde te enviasen. Es de todos conocidos que se buscaba por cielo mar y tierra la posibilidad de buscar la base, más cercana a tu domicilio. Pero si entrabas les daba gusto aunque después cambiaran su base.
Otro factor es el horario y espero no herir susceptibilidades, eso de entrar a trabajar a las 8 y salir a 13 hrs pues suena muy cómodo para cualquiera. Cinco hora con derecho a sueldo, vacaciones, aguinaldo y otras prestaciones … donde firmo!!!
Por eso es muy común en dichos estados ver que hay maestros a diestra y siniestra.
Hoy en día, en esas reuniones de generación de la Prepa, me dio mucha satisfacción ver que gran parte de mis compañeros eran profesionistas, al menos los de mi salón, casi todos ingenieros, arquitectos, químicos y de otras profesiones, destaca mencionar a Juan Z, arquitecto de profesión, ¡uno de los mejores promedios!.
En dicha reunión y en el recuento de los años, Juan Z afirma ser Arquitecto, casado y con cuatro hijos pero dada la falta oportunidades en la zona xoconusco, tuvo que claudicar y lo describió de una manera tan sencilla, “mi esposa que es maestra me dijo, Juan, tú te desvelas haciendo tus proyectos, tus presupuestos, llegas molesto por tus trabajadores, por los clientes que no te pagan, te pones unas jodas de aquellas y seguimos… Palabras textuales, igual de jodidos….no será mejor que te busque una plaza de maestro, al principio mi ego, (expresa Juan)se fue al piso, como “siendo arquitecto”, pero se levantó a la una de la tarde, cuando vi que ya había terminado mi trabajo” Juan aclaro que dada su capacidad para estudiar se preparó en la materia como maestro y que dado los resultados de sus alumnos, sus ingresos habían aumentado considerablemente, que estaba muy feliz… dicha felicidad se terminó meses después en el momento que la CNTE lo obligara a manifestarse en contra de las reformas educativas, reformas en la que él estaba de acuerdo, en referencia a lo manifestado en el principio.
Hoy veo que sí, que efectivamente la falta de oportunidades para llevar pan a nuestras familias ha orillado a muchos ciudadanos de zonas marginales a ser maestros, aun sin tener vocación. Pero que podemos decir de aquel campesino, ¡que se rajó la madre!, trabajando, día a día, para que su hijo fuese ingeniero… o de aquel pescador que hizo hasta lo imposible para que su hija de esa misma primaria fuese psicóloga, o de aquel soldador de barcos que hizo que sus hijos fueran hoy administrador y que sus nietos estén hoy estudiando una profesión…
Creo, que en gran parte la tenacidad, trabajo y esfuerzo de los padres sobre la alimentación y educación, como ejemplo de sus hijos es fundamental para crear: buenos hijos, buenos hermanos, buenos esposos, buenos padres, buenos hombres, hombres de bien, que con el ejemplo no busquen salidas fáciles y que como sociedad en esa aglutinación de necesidades no nos lleve a tener la crisis que hoy estamos viviendo.